El verano aprieta como si no hubiera mañana y el calor parece no tener fin, por lo que en esta situación toda ayuda es poca. Te traemos 5 consejos para rebajar la temperatura en el interior del coche, porque todo lo que sea reducir un par de grados el ambiente es bien recibido.
► Que no entre el sol
Es imprescindible proteger el habitáculo del sol, algo para lo que lo más básico es intentar aparcar a la sombra. Como no siempre se puede, hay algunas medidas que ayudan a este cometido. Las lunas tintadas ayudan a que menos rayos de luz se filtren hasta el interior y clásicos como los parasoles evitan en gran medida la entrada de calor, protegiendo sobre todo el salpicadero y el volante, que pueden alcanzar temperaturas realmente elevadas.
► Ventanillas abiertas
Una vez subas al coche, por mucho que esté aparcado a la sombra o de que hayas puesto medios para evitar que entre el sol, el ambiente estará más que caldeado. Antes que nada, abre todas las ventanillas y echa andar, lo que provocará que el aire cálido almacenado en el interior salga y se reemplace por el exterior… que tampoco estará muy frío, pero tendrá algunos grados menos.
Además, con esta medida generarás cierto viento que ayudará a rebajar la sensación térmica.
► El truco del portazo
Otra manera de dar rápida salida al aire caliente acumulado en el interior consiste en crear una abertura en el habitáculo, ya sea una puerta al completo o el hueco de la ventanilla, y, desde el lado opuesto, dar dos o tres portazos de manera consecutiva, lo que sacará de golpe todo el calor por el extremo contrario.
► Que circule el aire
Activar el aire acondicionado nada más arrancar el coche es tontería. Primero deberías activar la función de entrada del aire del exterior y después la de recirculación. Cuando haya bajado algo el calor, ya puedes activar el aire que, aprovechando que el coche ya lleva un poco funcionando, podrá trabajar sin tanto esfuerzo y de manera más efectiva.
► Que se haga el aire acondicionado
Con todo lo anterior en mente, es el momento de activar el botón que te hará ser feliz, aunque no vale de cualquier modo. Optar por la temperatura más baja posible y con los ventiladores a máxima potencia es el impulso inicial de todo el mundo, pero implica una demanda de energía que incrementa de manera considerable el consumo. Puedes hacerlo de manera breve para dar un primer golpe de frío al habitáculo, pero lo ideal es situar después la temperatura en torno a los 22 grados y en modo automático, para que sea el propio coche el que se encargue de regular el funcionamiento del sistema.
¡Feliz Verano a Tod@s!
► Que no entre el sol
Es imprescindible proteger el habitáculo del sol, algo para lo que lo más básico es intentar aparcar a la sombra. Como no siempre se puede, hay algunas medidas que ayudan a este cometido. Las lunas tintadas ayudan a que menos rayos de luz se filtren hasta el interior y clásicos como los parasoles evitan en gran medida la entrada de calor, protegiendo sobre todo el salpicadero y el volante, que pueden alcanzar temperaturas realmente elevadas.
► Ventanillas abiertas
Una vez subas al coche, por mucho que esté aparcado a la sombra o de que hayas puesto medios para evitar que entre el sol, el ambiente estará más que caldeado. Antes que nada, abre todas las ventanillas y echa andar, lo que provocará que el aire cálido almacenado en el interior salga y se reemplace por el exterior… que tampoco estará muy frío, pero tendrá algunos grados menos.
Además, con esta medida generarás cierto viento que ayudará a rebajar la sensación térmica.
► El truco del portazo
Otra manera de dar rápida salida al aire caliente acumulado en el interior consiste en crear una abertura en el habitáculo, ya sea una puerta al completo o el hueco de la ventanilla, y, desde el lado opuesto, dar dos o tres portazos de manera consecutiva, lo que sacará de golpe todo el calor por el extremo contrario.
► Que circule el aire
Activar el aire acondicionado nada más arrancar el coche es tontería. Primero deberías activar la función de entrada del aire del exterior y después la de recirculación. Cuando haya bajado algo el calor, ya puedes activar el aire que, aprovechando que el coche ya lleva un poco funcionando, podrá trabajar sin tanto esfuerzo y de manera más efectiva.
► Que se haga el aire acondicionado
Con todo lo anterior en mente, es el momento de activar el botón que te hará ser feliz, aunque no vale de cualquier modo. Optar por la temperatura más baja posible y con los ventiladores a máxima potencia es el impulso inicial de todo el mundo, pero implica una demanda de energía que incrementa de manera considerable el consumo. Puedes hacerlo de manera breve para dar un primer golpe de frío al habitáculo, pero lo ideal es situar después la temperatura en torno a los 22 grados y en modo automático, para que sea el propio coche el que se encargue de regular el funcionamiento del sistema.
¡Feliz Verano a Tod@s!