Lo primero, las revoluciones: A mayor velocidad de centrifugado, menor humedad de la ropa. Esta es una circunstancia que hay que tener en cuenta, sobre todo quienes vivan en una zona húmeda y no dispongan de una secadora. El tambor de las lavadoras no es siempre igual, hay tambores que cuidan y protegen más las prendas que otros, ofreciendo una vida útil superior tanto en prendas delicadas como en las más resistentes.
Para que te hagas una idea:
Lavadora de 600 rpm: deja casi el 80% de humedad de la ropa, y su precio es de unos 300 euros.
Lavadora de 800 rpm: deja alrededor del 60% de la humedad, pero su precio medio es de unos 360 euros.
Lavadora de 1.100 - 1.200 rpm: deja menos de la mitad de la humedad. ¿Su precio? Unos 500 euros.
Llena bien la lavadora, o no: Hasta hace poco la capacidad habitual de una lavadora era de 5 kilos de ropa de algodón o 2,5 kilos de sintética. Pues bien, muchos de los nuevos modelos admiten ya hasta 8 y 10 kilos de algodón.
Si tu lavadora es de gran capacidad, lo más aconsejable es que esperes a tener la suficiente cantidad de ropa para llenarla. De lo contrario, despilfarrarías agua y electricidad. No obstante, según el fabricante, existen modelos que gracias a su electrónica, ajustan el consumo de agua a la cantidad de ropa introducida en el tambor. Es lo que se llama "carga variable".
Atentos con el lavado a media carga: Este lavado no reduce el consumo de agua y de electricidad a la mitad. Por eso es importante elegir un modelo con una capacidad de carga que se aproxime a la cantidad de ropa que cada uno lava normalmente.
Demasiados programas: Con el paso de los años el número de programas de lavado han ido en aumento, hoy por hoy, entre 15 y 16 programas de media.
Realmente, esta cantidad desproporcionada de programas no supone un extra para una lavadora, y por regla general, el consumidor sólo utiliza cuatro o cinco. Por lo tanto, no tiene sentido pagar más por un modelo sólo por el hecho de que tenga muchas posibilidades de lavado si no las vas a utilizar. Sí por una lavadora inteligente, le indicamos el tipo de prendas, calcula el peso en seco con un giro de tambor y, tras el primer remojo de las prendas, un sensor detecta el nivel de suciedad en ellas. También lo hace con el jabón, ofreciendo siempre un resultado óptimo en todo lavado.
Algunas asignaturas pendientes: Una lavadora debe, primero de todo, lavar bien. La mayoría de los modelos cumplen con su cometido en el programa de algodón a 30ºC. Ahora bien, en el lavado sintético a 40ºC, el aclarado y la duración de los programas deberían ser más eficaces.
El ruido es otra cuestión a tener en cuenta. Algunos modelos pueden resultar molestos hasta para los vecinos. Afortunadamente, en los modelos más nuevos se están haciendo mejoras en este sentido.
Otro problema importante es su escasa protección contra las inundaciones. No todos están preparados para hacer frente a una eventual fuga de agua.
Sáquele el máximo partido a su lavadora:
+ Si no dispone de carga variable, carga al máximo a lavadora: así la usarás menos veces y ahorrarás más energía que si eliges programas de media carga.
+ Si no dispone de sensores de jabón y suciedad, usa los programas adecuados al grado de suciedad y evita el lavado a altas temperaturas.
+ Lavar a 40ºC en vez de a 60ºC puede ahorrar hasta un 55% de energía. Si dispones de kit solar o de una aerotermia que caliente el agua caliente sanitaria, el ahorro baja a un 20% máximo.
+ Procura mantener en buen estado su lavadora: limpia los filtros, usa los productos necesarios en la dosis justa..
+ Seca la ropa al aire siempre que las condiciones ambientales se lo permitan.
+ Si usas la secadora, procura enlazar el proceso de secado con el fin del lavabo, que la ropa esté lo más escurrida posible y sácala ligeramente húmeda, eligiendo el programa "seco para plancha": así ahorraras energía, no sólo al secar, sino también al planchar.